¿QUIÉN ES JUDÍO?
Hace algún tiempo el Rabino Zalman M. Schachter-Shalomi fue invitado a formar parte de un panel en el que se debatiría el tema "Quién es judío" al que asistiría también un muy querido Concejal del distrito, era tan querido que siempre que se presentaba como candidato a un cargo, era segurísimo sería elegido por unanimidad.
Por aquel tiempo un judío converso al cristianismo, el cual era Monje, solicitaba su nacionalidad Israelí amparado en la ley del retorno.
Cuando tocó la participación del rabino, comenzó citando palabras del Rabbi Joseph Albo (1380-1444) - וסף אלבו - autor del Sefer Haikkarin (Libro de los principios fundamentales):
Según Rabbi Joseph Albo todo judío debe apegarse a tres cosas, creer en un solo D’os, creer que D’os se manifiesta y que lo hace recompensando y castigando como muestra de su preocupación por nosotros.
El Monje Carmelita –prosiguió decididamente- cree en estas tres cosas por ende es más factible que el sea aceptado como judío que el Concejal, que de ninguna manera cree en D’os.
La reacción de la audiencia era imaginable. Todos estaban indignados por las palabras del Rabino Zalman Schachter-Shalomi, pues estas descartaban a su apreciadísimo representante como judío, a lo que contestaron: “Pero sus hijos se casarán con hijos de judíos”.
El Rabino ya retirándose prometió que los hijos del célibe Monje tampoco se casarían con gentiles.
¿Quién es judío? es y será siempre un tema complicado dentro de las comunidades judías, se han desarrollado incontables debates, cada quien responderá acorde a su condición. Una vez leí: "ser judío parece ser, formar parte de un grupo de miles de personas que buscan una respuesta a la misma pregunta".
Yo, proveniente de una familia no observante, que poco o casi nada conserva de su identidad judía, hace un tiempo pensé que nunca sería completamente judío, de hecho muchas veces recibía comentarios de desconocidos y uno que otro conocido “¿judío?... no pareces”, mi rama materna es ecuatoriana, de rasgos negros. De hecho, mi imagen frente al espejo me lo decía también “no pareces”, por último ni mi apellido parece judío, no obstante un día durante tefilat shajarit saltaron ante mis ojos de una forma especial las palabras escritas en el sidur: “Baruj atá Hashem Elokénu Melej haolam shelo asani goi” (Bendito sea el Eterno D’os nuestro que no me hizo gentil” desde entonces comprendí que no podía dejar de ser judío así como no puedo dejar de ser yo mismo.
A menudo ante la pregunta “porqué eres judío” la persona apela al pasado, “soy judío porque mis padres…” y no es incorrecto pues al decir “soy judío” nos estamos ubicando en una sucesión que retrocede hasta un grupo de esclavos expectantes al pie del Sinaí.
No obstante ser judío tiene que ver también con el presente y más con el futuro, al decir que somos judíos nos estamos refiriendo a qué haremos, qué clase de mundo es el que queremos lograr y cuánto esfuerzo invertiremos en intentarlo, es decidir cuánto de nuestros ingresos destinaremos para tzedaqá, qué valores vamos a inculcar a nuestros hijos, ser judío es también apoyarse en la historia para saber ponernos del lado del oprimido y no del opresor, tiene que ver con el presente, con qué estás haciendo ahora y cuán conciente eres de que nadie hará por ti lo que te corresponde hacer.
Mientras otros se ocuparán de debatir ¿mi hu iehudi?, esforcémonos por reflejar la mejor manera de vivir como tal.