Capítulo 27

David reconoce a Dios y Lo alaba, confiado en El de que vencerá en sus guerras. "Pero no las deseo; no me perfeccionan. Sólo imploro morar día y noche en el Beit HaMidrash estudiando Torá, para merecer el Mundo Venidero".

Salmo capítulo 27